Dogo Argentino: El Imponente Guardián Blanco

En el vasto universo de las razas caninas, pocas siluetas imponen una presencia tan sobrecogedora y, a la vez, emanan una nobleza tan palpable como la del coloso blanco de las pampas. Este atleta canino, fruto de un sueño y una meticulosa selección, es mucho más que una simple cara bonita o un conjunto de músculos portentosos; es la encarnación de la valentía, la lealtad inquebrantable y una inteligencia aguda que desafía los prejuicios. Nacido de la necesidad de crear un perro de caza mayor que pudiera enfrentarse a las presas más formidables de la geografía argentina, este magnífico animal ha trascendido su propósito original para convertirse en un compañero familiar de una devoción sin parangón, un guardián incorruptible y un testimonio viviente de la pasión y la visión de sus creadores. A lo largo de este recorrido exhaustivo, desentrañaremos los misterios que se esconden tras su manto inmaculado, exploraremos las profundidades de su carácter multifacético y desmentiremos los mitos que a menudo lo rodean. Desde sus humildes orígenes en la provincia de Córdoba hasta su consolidación como una de las razas más admiradas y, en ocasiones, incomprendidas del mundo, nos adentraremos en cada faceta de su ser. Analizaremos su anatomía poderosa, diseñada para la resistencia y la agilidad, su psique compleja que combina una ferocidad controlada con una ternura sorprendente, y las claves para proporcionarle una vida plena y equilibrada. Este no es solo un retrato de una raza, es una inmersión profunda en el alma de un perro que, una vez que entra en tu vida, la marca para siempre con la huella indeleble de su lealtad y su amor incondicional. Prepárese para descubrir al verdadero gigante argentino, una joya cinológica forjada en la bravura y pulida por el afecto.

La historia de esta formidable raza está indisolublemente ligada a una familia y, en particular, a la visión de un hombre: el Dr. Antonio Nores Martínez. En la década de 1920, en la provincia de Córdoba, Argentina, el joven Antonio, junto con su hermano Agustín, soñaba con crear el perro de caza mayor perfecto. No buscaban simplemente un perro agresivo, sino un animal polivalente, capaz de rastrear, acosar y apresar a grandes animales como el jabalí, el puma y el pecarí, pero que al mismo tiempo fuera un leal y equilibrado compañero para la familia y un guardián fiable de la propiedad.

La base sobre la que se cimentaría esta nueva estirpe fue el Viejo Perro de Pelea Cordobés, una raza local ya extinta, conocida por su extraordinario coraje y resistencia en el combate, fruto de cruces entre Mastines, Bulldogs y Bull Terriers. Sin embargo, estos perros, aunque valientes hasta la temeridad, carecían de olfato, eran extremadamente agresivos con otros perros, lo que dificultaba la caza en jauría, y no poseían la alzada y la estructura necesarias para cubrir grandes distancias y enfrentarse a presas de gran tamaño en los vastos y a menudo hostiles terrenos argentinos.

El Dr. Nores Martínez inició un meticuloso y científico programa de cría, un verdadero crisol de razas, seleccionando cuidadosamente ejemplares de diez razas distintas para aportar características específicas y moldear su perro ideal. Cada cruce fue deliberado y tenía un propósito claro:

  1. Bull Terrier: Aportó el color blanco (que Antonio prefería para distinguir al perro de la presa en la espesura del monte), la tenacidad, la valentía y la insensibilidad al dolor.
  2. Bulldog Inglés: Contribuyó con su potente mandíbula, su pecho ancho y su audacia.
  3. Bóxer: Se buscó su agilidad, su inteligencia y su carácter juguetón y dócil, sentando las bases para un buen perro de familia.
  4. Gran Danés (Arlequín): Aportó la alzada y el tamaño, buscando una mayor estatura y una cabeza más grande.
  5. Mastín de los Pirineos: Introdujo el color blanco puro, la rusticidad, la resistencia a las inclemencias del tiempo y una mayor alzada, además de un carácter más estable.
  6. Pointer Inglés: Fue fundamental para dotar a la nueva raza de un excelente sentido del olfato, una cualidad de la que carecía el perro de pelea cordobés y que era esencial para la caza.
  7. Lobero Irlandés (Irish Wolfhound): Se utilizó para incrementar aún más la altura y conferirle instinto de persecución de presas.
  8. Dogo de Burdeos: Aportó su poderosa cabeza, sus fuertes mandíbulas y su instinto de guarda.
  9. Mastín Español: Contribuyó con su masa, potencia y un carácter más aplomado.
  10. Bullmastiff: Aunque algunos estudiosos debaten su inclusión, se cree que aportó su olfato agudo, su corpulencia y su aptitud como guardián silencioso.

Tras décadas de un trabajo arduo y sistemático, de selección rigurosa y fijación de caracteres, nació el Dogo Argentino. El estándar de la raza fue publicado por primera vez en 1928 y, en 1964, fue reconocida oficialmente por la Federación Cinológica Argentina (FCA). La consagración internacional llegó en 1973, cuando la Federación Cinológica Internacional (FCI) la aceptó como la primera y única raza argentina. La trágica muerte prematura del Dr. Antonio Nores Martínez en una cacería no detuvo su legado; su hermano Agustín continuó con su obra, difundiendo la raza y su estándar por todo el mundo, cumpliendo así el sueño que ambos compartieron en su juventud.

El estándar de la raza describe a un perro atlético, mesomorfo, normotipo y macrotálico. Su apariencia debe ser armónica y vigorosa, con una musculatura potente y visible bajo una piel elástica y un pelaje blanco y corto. Nunca debe parecer pesado o lento.

  • Cabeza: La cabeza es una de las características más distintivas. Es del tipo mesocefálico, con un aspecto fuerte y poderoso. El cráneo es macizo y convexo, tanto en sentido longitudinal como transversal, debido al relieve de los músculos masticadores y de la nuca. El hocico es ligeramente cóncavo, una característica casi única en la cinofilia, lo que le confiere una mayor capacidad olfativa. La proporción entre el cráneo y el hocico es igual, 1:1. Los labios son apretados y pigmentados de negro.
  • Mandíbulas y Dientes: La mordida es en tijera, aunque se acepta la pinza. La dentadura debe ser completa y los maxilares fuertes y correctamente alineados. La potencia de su mordida es legendaria, una herramienta fundamental para la sujeción de grandes presas.
  • Ojos: De tamaño mediano, almendrados y bien separados entre sí. Su color debe ser oscuro, desde el pardo al avellana. La expresión es atenta e inteligente, pero con una marcada dureza, especialmente en los machos. Los párpados deben estar pigmentados de negro.
  • Orejas: Tradicionalmente, las orejas se han amputado (corte estético) para darles una forma triangular y erecta, lo que, según los cazadores, prevenía lesiones durante la caza. Sin embargo, esta práctica está prohibida en muchos países. En su estado natural, son de inserción alta, anchas, gruesas, planas y de punta redondeada.
  • Cuerpo: El cuerpo es ligeramente más largo que alto (sublongilíneo). La línea superior es recta y nivelada, con una ligera inclinación hacia la grupa. El pecho es ancho y profundo, dando una gran capacidad pulmonar. El lomo es corto y fuerte, y el vientre bien recogido, perfilando una silueta atlética.
  • Extremidades: Tanto las patas delanteras como las traseras son rectas, paralelas y con una musculatura formidable. Los pies son redondos (“pie de gato”) con dedos cortos, apretados y almohadillas carnosas y resistentes.
  • Cola: Larga y gruesa en la base, se afina hacia la punta. En reposo, cuelga de forma natural. Cuando el animal está en acción, la levanta en forma de sable.
  • Pelaje y Color: El pelaje es corto, liso y suave al tacto. El color debe ser íntegramente blanco. Se permite una única mancha negra o de color oscuro en el cráneo (conocida como “pirata”), siempre que no supere el 10% del tamaño de la cabeza. La piel puede tener pigmentación oscura. El color blanco no es un capricho estético; fue seleccionado por el Dr. Nores Martínez para poder distinguir fácilmente al perro de la presa (generalmente oscura, como el jabalí) en el fragor de la caza, evitando accidentes.
  • Tamaño y Peso: La altura a la cruz para los machos oscila entre los 62 y los 68 cm, y para las hembras entre los 60 y los 65 cm. El peso aproximado para los machos es de 40 a 45 kg, y para las hembras de 35 a 40 kg.
raza dogo argentino

Hablar del carácter de esta raza es adentrarse en un fascinante estudio de dualidades. Es un perro que fue creado para la lucha, pero no para la agresión injustificada. Su temperamento es una de las facetas más incomprendidas y, a menudo, injustamente estigmatizadas.

Por un lado, es un cazador y guardián nato. Posee un coraje extraordinario, una determinación férrea y un alto umbral del dolor. Cuando percibe una amenaza real hacia su familia o su territorio, su reacción es rápida, decidida y formidable. No es un perro ladrador; es más bien un guardián silencioso que observa, analiza y actúa solo cuando es estrictamente necesario. Su sola presencia suele ser un elemento disuasorio más que suficiente. En la caza, demuestra una inteligencia y una capacidad de trabajo en equipo asombrosas, coordinándose con otros perros para rastrear y someter a presas que lo superan ampliamente en tamaño y ferocidad.

Por otro lado, y esta es la cara que muchos desconocen, es un perro de una nobleza y una lealtad superlativas con su familia. Con los suyos, es afectuoso, paciente y extremadamente protector, especialmente con los niños, por quienes siente una devoción especial. A pesar de su imponente físico, en el hogar puede ser un animal tranquilo y adaptable, que disfruta de las comodidades y del contacto cercano con sus humanos. No es un perro de “un solo dueño”; crea un vínculo fuerte con todos los miembros de la familia.

Su inteligencia es aguda, pero también puede ser testarudo. Requiere un propietario con experiencia, que sepa establecer un liderazgo claro, firme y coherente, basado en el respeto mutuo y el refuerzo positivo, nunca en el castigo físico o la brutalidad. La socialización temprana y continua es absolutamente crucial. Desde cachorro, debe ser expuesto de manera controlada y positiva a una amplia variedad de personas, sonidos, lugares y, muy importante, otros animales. Un ejemplar correctamente socializado sabrá diferenciar entre un amigo y una amenaza, y podrá convivir pacíficamente con otros perros (especialmente si se cría con ellos), aunque la tendencia a la dominancia, sobre todo entre machos, es un rasgo inherente a la raza que el dueño siempre debe tener presente.

La combinación de su fuerza física, su instinto de protección y su posible dominancia hacia otros congéneres es la razón por la que ha sido incluido en la lista de “razas potencialmente peligrosas” (PPP) en muchos países, incluyendo España. Esto implica requisitos legales específicos para su tenencia, como la obtención de una licencia, la contratación de un seguro de responsabilidad civil y el uso de bozal y correa corta en lugares públicos. Es fundamental entender que esta catalogación no significa que sean perros intrínsecamente “malos” o agresivos, sino que, por sus características físicas, una mordedura podría tener consecuencias graves. La responsabilidad recae enteramente en el propietario, quien debe garantizar una cría, socialización, educación y manejo adecuados.

Como raza de gran tamaño y predominantemente blanca, tiene predisposición a ciertas condiciones de salud que los propietarios deben conocer.

  • Sordera: La sordera congénita unilateral o bilateral es el problema de salud más común asociado a la raza, vinculado al gen del pigmento (piebaldismo) que le confiere su color blanco. Se estima que alrededor del 10% de los ejemplares pueden padecer algún grado de sordera. Es crucial adquirir un cachorro de un criador responsable que realice pruebas de audición BAER (Brainstem Auditory Evoked Response) a sus camadas. Un animal sordo puede ser un excelente compañero, pero requiere un manejo y un entrenamiento adaptados.
  • Displasia de Cadera y Codo: Como muchas razas grandes y de crecimiento rápido, puede ser propenso a la displasia de cadera y codo. De nuevo, la elección de un criador que realice radiografías a sus reproductores y certifique que están libres de esta condición es el primer paso para minimizar el riesgo. Mantener al perro en un peso óptimo, proporcionarle ejercicio adecuado (sin forzar las articulaciones durante la etapa de crecimiento) y una dieta de calidad son factores clave en la prevención.
  • Problemas de Piel: Su pelaje blanco y corto lo hace más sensible a la exposición solar, pudiendo sufrir quemaduras. También pueden presentar alergias cutáneas (dermatitis atópica) que se manifiestan con picores, enrojecimiento e infecciones secundarias. Una dieta de alta calidad y una higiene adecuada son importantes.
  • Torsión Gástrica: Al igual que otros perros de pecho profundo, tienen riesgo de sufrir dilatación-torsión gástrica, una emergencia médica potencialmente mortal. Para prevenirla, es recomendable dividir la ración diaria de comida en dos o tres tomas, evitar el ejercicio intenso justo antes y después de comer, y utilizar comederos elevados.

El cuidado general es relativamente sencillo. Su pelo corto requiere un cepillado semanal para eliminar el pelo muerto. Los baños deben ser esporádicos, solo cuando sea necesario, para no eliminar la capa de protección natural de su piel. Es importante revisar y limpiar sus oídos regularmente para prevenir infecciones y mantener sus uñas cortas.

Este es un perro de alta energía que necesita una cantidad significativa de ejercicio diario para mantenerse física y mentalmente equilibrado. No es un perro apto para una vida sedentaria o para vivir confinado en un apartamento pequeño sin salidas adecuadas. Necesita largas caminatas, oportunidades para correr en zonas seguras y, si es posible, participar en actividades que estimulen su mente y su cuerpo, como el canicross, el rastreo o el levantamiento de peso (weight pulling) bajo supervisión profesional. Un animal que no quema su energía puede desarrollar problemas de comportamiento, como la destructividad o la ansiedad.

La nutrición es otro pilar fundamental. Requiere una dieta de alta calidad, rica en proteínas de origen animal, adecuada a su edad, tamaño y nivel de actividad. Durante la etapa de cachorro, es vital proporcionarle un pienso específico para razas grandes que controle el ritmo de crecimiento para proteger sus articulaciones en desarrollo. La suplementación con condroprotectores (glucosamina y condroitina) puede ser beneficiosa, siempre bajo recomendación veterinaria.

perro dogo

El adiestramiento de este can no es opcional, es una obligación para cualquier propietario responsable. Dada su fuerza e inteligencia, un ejemplar sin control puede ser un problema grave. La clave del éxito reside en comenzar desde el primer día que el cachorro llega a casa, estableciendo normas y límites claros.

El método de adiestramiento debe basarse en el refuerzo positivo, la paciencia y la coherencia. Responden muy bien a la motivación con comida, juego y elogios. Las sesiones de entrenamiento deben ser cortas y divertidas para mantener su atención. Es fundamental trabajar la obediencia básica (sentado, tumbado, quieto, venida) hasta conseguir una respuesta fiable en cualquier situación.

El trabajo de socialización debe ir en paralelo al adiestramiento. Exponer al cachorro a todo tipo de estímulos de forma positiva forjará un adulto equilibrado y seguro de sí mismo. La gestión de la correa es un aspecto crítico; un perro de este calibre no puede ir tirando de su dueño. Se debe enseñar a caminar de forma educada desde pequeño.

Es importante recordar que su instinto de presa puede ser fuerte. Por ello, el trabajo de la llamada debe ser impecable antes de soltarlo en zonas no valladas. Su instinto de guarda también debe ser canalizado. No se debe fomentar la agresividad, sino enseñarle a confiar en el juicio de su dueño y a aceptar a las visitas que este acepte.

En definitiva, el Dogo Argentino no es un perro para principiantes. Requiere un dueño con conocimientos, tiempo, dedicación y un profundo sentido de la responsabilidad. Pero para aquel que esté dispuesto a asumir el reto y a comprender la esencia de este magnífico animal, la recompensa es inmensa: un compañero de una lealtad insobornable, un protector valiente y un miembro de la familia de un valor incalculable. Es la fuerza hecha nobleza, el coraje envuelto en un manto blanco, un legado argentino que sigue conquistando corazones en todo el mundo.

“El Dogo Argentino por su Creador” de Antonio Nores Martínez y Agustín Nores Martínez. – Este libro es la piedra angular para cualquier aficionado a la raza. Escrito por los propios creadores, narra de primera mano la historia, la motivación y el proceso de selección que dio vida a este magnífico animal. Es un documento histórico y técnico de valor incalculable.

“El Dogo Argentino” de Fernando Moreno. – Una obra completa que aborda todos los aspectos de la raza: historia, estándar comentado, cría, alimentación, salud, adiestramiento y su faceta como perro de caza y de familia. Es un manual muy práctico y bien ilustrado.

“Dogo Argentino: El cazador blanco” de Paolo Vianini. – Aunque el autor es italiano, sus obras suelen estar traducidas y son muy apreciadas. Vianini es un gran conocedor de los molosos y en este libro ofrece una visión detallada sobre las aptitudes cinegéticas de la raza, su carácter y su manejo.

“El gran libro del Dogo Argentino” (Varios autores, Editorial De Vecchi). – Las guías de esta editorial suelen ser una buena introducción para los nuevos propietarios, cubriendo los aspectos básicos del cuidado, la salud, la alimentación y el comportamiento de la raza.

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