El Bullmastiff un gigante guardián y leal compañero

El Bullmastiff, una imponente raza canina, encarna la fuerza y la dulzura en una combinación magistral. Su historia se entrelaza con los bosques ingleses del siglo XIX, donde surgió como el “perro nocturno del guardabosques”, una solución vital para proteger las propiedades de la caza furtiva. Esta necesidad específica de un can que fuera lo suficientemente poderoso para derribar a un intruso, pero sin causar lesiones fatales, dio origen a un cruce meticuloso entre el Mastín inglés, que aportaba su tamaño y temperamento calmado, y el Bulldog (antiguo tipo), que contribuía con su coraje, velocidad y tenacidad. El resultado fue un ejemplar robusto, silencioso y extremadamente leal, capaz de rastrear y retener a los cazadores furtivos hasta la llegada del guardabosques. Este propósito inicial forjó una criatura de características únicas que perduran hasta hoy, convirtiéndolo en un animal de compañía excepcional, pero que requiere un propietario consciente y dedicado.

La génesis de esta majestuosa criatura no fue casualidad, sino el fruto de una necesidad imperiosa y una cría selectiva metódica. Durante el siglo XIX, la creciente industrialización y la pobreza impulsaron el flagelo de la caza furtiva en las vastas fincas de la aristocracia inglesa. Los guardabosques necesitaban un aliado canino que pudiera patrullar los extensos terrenos en la oscuridad, detectar a los intrusos, y, lo más importante, neutralizarlos sin recurrir a la agresión letal que caracterizaba a los perros de presa de la época. No buscaban un “perro de ataque” en el sentido moderno, sino un “silencioso rastreador” y “detenedor” que pudiera inmovilizar a un hombre sin morder o causarle heridas graves.

Los Mastines ingleses, con su imponente tamaño y su naturaleza bondadosa, eran excelentes guardianes, pero carecían de la agilidad y la mordida rápida para enfrentar a un cazador furtivo ágil. Por otro lado, los Bulldogs antiguos, aunque valientes y rápidos, a menudo eran demasiado agresivos y pequeños para someter a un adulto. La solución radicó en la combinación estratégica de ambos. Se cree que la proporción ideal en la genética del nuevo perro rondaba el 60% de Mastín y el 40% de Bulldog, una mezcla que buscaba equilibrar la masa y la calma del primero con la valentía y la fuerza del segundo.

Los primeros criadores no buscaban la estética, sino la funcionalidad. Se seleccionaban los ejemplares más fuertes, más ágiles, y con el temperamento adecuado: intrépidos pero controlables, capaces de imponer respeto con su sola presencia y de usar la fuerza bruta de su cuerpo para derribar a un adversario. Estos perros se entrenaban rigurosamente en la oscuridad, enseñándoles a rastrear huellas humanas y a contener a los intrusos mediante la presión de su cuerpo o inmovilizándolos en el suelo. Su reputación creció rápidamente, y pronto se convirtieron en una herramienta indispensable para la seguridad de las fincas.

No fue hasta principios del siglo XX que la raza empezó a ser reconocida formalmente. En 1924, el Kennel Club del Reino Unido la aceptó como una raza pura, estableciendo un estándar que definía sus características físicas y de temperamento. A partir de entonces, su popularidad trascendió su función original, y comenzó a ser apreciado como un compañero familiar debido a su lealtad, su naturaleza protectora y su sorprendente gentilidad con los niños. Hoy en día, su legado como “gigante gentil” y formidable guardián perdura, siendo un recordatorio viviente de su ingeniosa creación para un propósito específico.

Este perro se distingue por su presencia física, que denota una combinación armoniosa de fuerza, agilidad y proporción. Es un animal de constitución poderosa y simétrica, que no exhibe ni la pesadez excesiva de algunos mastines ni la ligereza de otras razas de trabajo.

Tamaño y Peso: Los machos suelen medir entre 63 y 69 centímetros a la cruz (hombro) y pesar entre 50 y 59 kilogramos. Las hembras son ligeramente más pequeñas, con una altura de 61 a 66 centímetros y un peso de 41 a 50 kilogramos. Es fundamental que el ejemplar, independientemente de su sexo, dé una impresión de solidez y buena musculatura, sin ser obeso ni demasiado delgado. Su masa corporal está diseñada para la acción, no para la inercia.

Cabeza: La cabeza es uno de los rasgos más distintivos y expresivos. Debe ser cuadrada, con un cráneo amplio y plano entre las orejas. El hocico es ancho y profundo, con una longitud que es aproximadamente un tercio de la longitud total de la cabeza desde la punta de la nariz hasta el occipucio. La nariz es negra y ancha, con fosas nasales bien abiertas. Los belfos (labios) cuelgan ligeramente, formando una pequeña papada en el cuello, pero sin ser excesivos. La mordida es de tijera inversa o ligera prognatismo inferior, donde los incisivos inferiores se adelantan ligeramente a los superiores. Los ojos son de tamaño mediano, bien separados y de color avellana, mostrando una expresión alerta, inteligente y a menudo pensativa. Las orejas son pequeñas, en forma de “V”, de inserción alta y separadas, cayendo planas contra las mejillas cuando el perro está relajado, y con un color más oscuro que el resto del pelaje, lo que les da una apariencia “mascarada”.

Cuerpo: El cuerpo es compacto y musculoso. El cuello es fuerte y muy musculoso, ligeramente arqueado, fusionándose suavemente con los hombros. La espalda es corta y recta, con un lomo robusto. El pecho es ancho y profundo, proporcionando un amplio espacio para los pulmones y el corazón, y desciende bien entre las patas delanteras. Las costillas están bien arqueadas. La cola es de inserción alta, gruesa en la base y se afina hacia la punta, llevándose recta o ligeramente curvada por encima de la línea de la espalda cuando el can está activo.

Extremidades: Las patas delanteras son rectas, fuertes y bien separadas, con huesos robustos. Los hombros están bien inclinados hacia atrás. Las patas traseras son fuertes y musculosas, con angulaciones moderadas, lo que le permite una propulsión potente. Los pies son redondos, con dedos bien arqueados y almohadillas gruesas y duras. Las uñas son fuertes y preferiblemente oscuras.

Pelaje y Color: El pelaje es corto, duro y denso, ofreciendo una buena protección contra las inclemencias del tiempo. No tiene subpelo significativo, lo que facilita su mantenimiento. Los colores aceptados en el estándar de la raza son el cervato (fawn), el atigrado (brindle) y el rojo (red). En todas las variantes de color, la máscara negra en el hocico y las orejas más oscuras son características deseables y distintivas, intensificando la expresión del rostro. Se acepta una pequeña marca blanca en el pecho, pero en otras partes del cuerpo es considerada una falta. La capa es brillante y debe sentirse áspera al tacto, no suave ni sedosa.

En conjunto, su conformación física le otorga una silueta poderosa y ágil, capaz de moverse con un propósito y una gracia sorprendentes para su tamaño. Cada rasgo físico del Bullmastiff es un reflejo de su historia y su funcionalidad original, configurando un animal impresionante y funcionalmente apto.

El temperamento de este can es, quizás, su atributo más definitorio y valorado. A pesar de su imponente físico, es conocido por su naturaleza tranquila, equilibrada y afectuosa, especialmente con su familia. Es un “gigante gentil” que combina la lealtad inquebrantable de un protector con la paciencia y el cariño de un compañero.

Lealtad y Protección: En su esencia, el Bullmastiff es un guardián nato. Su instinto protector hacia su hogar y su manada humana es profundo y arraigado. No es un ladrador excesivo; su método de disuasión principal es su presencia imponente y su mirada seria. Si percibe una amenaza real, actuará con determinación y valentía, pero siempre con el discernimiento de no excederse en la fuerza. Su objetivo, como sus ancestros, es contener al intruso, no dañarlo indiscriminadamente. Esta característica lo convierte en un excelente perro de alerta y defensa, infundiendo respeto con su sola aparición.

Calma y Estabilidad: Una vez pasado el período de cachorro lleno de energía, el ejemplar adulto exhibe una calma notable. Prefiere relajarse cerca de sus seres queridos, observando el entorno. No es un perro hiperactivo que requiera estimulación constante; de hecho, disfruta de largos periodos de descanso. Esta serenidad lo hace adaptable a la vida en el hogar, siempre y cuando se le proporcione ejercicio adecuado.

Afecto y Compañerismo Familiar: A pesar de su imagen ruda, el Bullmastiff es extremadamente afectuoso y sensible con su familia. Establece lazos muy fuertes con todos los miembros, y a menudo muestra una devoción especial por un “miembro elegido” del hogar. Es sorprendentemente tolerante y paciente con los niños, aunque siempre se debe supervisar la interacción debido a su tamaño. Se integra plenamente en la vida familiar, disfrutando de la compañía humana por encima de todo. No es un perro para vivir aislado en un patio.

Inteligencia y Entrenabilidad: Es un can inteligente y con una fuerte voluntad. Esto significa que es capaz de aprender rápidamente, pero también que requiere un líder firme, consistente y paciente. No responde bien a métodos de entrenamiento duros o coercitivos, ya que puede volverse terco o resentido. El refuerzo positivo, la paciencia y la coherencia son claves para su educación. Su deseo de complacer a su líder, combinado con su inteligencia, lo hace un alumno competente, aunque a veces con un toque de independencia.

Socialización: La socialización temprana y continua es fundamental para esta raza. Exponerlo a una variedad de personas, lugares, sonidos y otras mascotas desde una edad temprana es crucial para asegurar que desarrolle un temperamento equilibrado y seguro. Un ejemplar bien socializado será sociable y educado, mientras que uno mal socializado podría volverse excesivamente tímido o, por el contrario, desconfiado y potencialmente reactivo hacia extraños o situaciones nuevas.

Relación con Otros Animales: Con una socialización adecuada, muchos ejemplares pueden convivir pacíficamente con otros perros y mascotas, especialmente si crecen juntos. Sin embargo, su tamaño y su fuerte instinto protector pueden hacer que las introducciones con perros extraños, especialmente del mismo sexo, deban manejarse con cautela.

En resumen, el temperamento de este guardián es una de sus mayores fortalezas. Es un compañero leal y cariñoso que brindará protección silenciosa y una presencia reconfortante a su familia. Sin embargo, su tamaño, fuerza y naturaleza protectora exigen un propietario experimentado que entienda sus necesidades y esté dispuesto a invertir tiempo en su educación y socialización.

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Generada con IA

El adiestramiento y la socialización son pilares fundamentales en la vida de un Bullmastiff. Dada su formidable fuerza y su instinto protector innato, es imperativo que desde temprana edad reciba una educación adecuada para convertirse en un compañero equilibrado, confiable y bien adaptado. Sin una guía correcta, su tamaño y temperamento pueden volverse difíciles de manejar.

Comienzo Temprano y Consistencia: El entrenamiento debe comenzar tan pronto como el cachorro llegue a casa, idealmente entre las 8 y 12 semanas de edad. Los cachorros de esta raza crecen rápidamente, y un comportamiento que es adorable en un cachorro pequeño puede ser inaceptable y peligroso en un adulto de 50 kilogramos. La consistencia es clave; todos los miembros de la familia deben utilizar los mismos comandos y reglas para evitar confusiones.

Refuerzo Positivo: Este can responde excepcionalmente bien a métodos de entrenamiento basados en el refuerzo positivo. El uso de elogios, golosinas, juguetes y afecto como recompensas por el buen comportamiento es mucho más efectivo que el castigo físico o la confrontación. Los métodos duros pueden hacer que el perro se vuelva terco, miedoso o resentido, dañando el vínculo con su propietario. La paciencia es una virtud; aunque son inteligentes, a veces pueden ser un poco testarudos y necesitan tiempo para procesar las instrucciones.

Obediencia Básica: Es crucial enseñar comandos básicos como “sentado”, “quieto”, “ven”, “junto” (paseo con correa) y “suelta”. El comando “ven” es vital para la seguridad del perro, y el “junto” es indispensable para controlar su fuerza durante los paseos. Un adiestramiento estructurado en obediencia básica no solo proporciona control, sino que también fortalece el vínculo entre el perro y su propietario, estableciendo una jerarquía clara y respetuosa.

Socialización Extensa: La socialización debe ser una prioridad máxima y continua. Un Bullmastiff bien socializado será confiado y se comportará adecuadamente en una variedad de situaciones. Esto implica exponer al cachorro a:

  • Diferentes personas: Hombres, mujeres, niños, personas con uniformes, personas con sombreros, etc.
  • Diversos entornos: Parques, calles concurridas, centros comerciales aptos para perros, veterinario, etc.
  • Variedad de sonidos: Tráfico, campanas, música, ruidos domésticos.
  • Otros perros y animales: Introducciones controladas y positivas con perros equilibrados y otras mascotas para enseñarles a interactuar apropiadamente.
  • Experiencias nuevas: Desde paseos en coche hasta visitas a amigos.

Una socialización adecuada ayuda a que el perro desarrolle un temperamento estable, reduciendo la probabilidad de miedos o agresión basada en la desconfianza hacia lo desconocido.

Líder Firme y Justo: Este can necesita un líder de manada seguro y coherente. El propietario debe ser la figura de autoridad que establece los límites y proporciona estructura, pero siempre de manera justa y tranquila. El perro debe percibir a su humano como un líder al que puede respetar y confiar, no temer. La falta de un liderazgo claro puede llevar a problemas de comportamiento, ya que el perro podría intentar asumir el rol de líder.

Clases de Cachorros y Obediencia: Inscribir al cachorro en clases de socialización y obediencia es altamente recomendable. Estas clases no solo proporcionan un entorno controlado para el aprendizaje y la interacción, sino que también ofrecen la oportunidad de recibir orientación de adiestradores profesionales.

En resumen, el entrenamiento y la socialización son inversiones de tiempo y esfuerzo que rinden frutos inmensos. Un Bullmastiff bien educado es un placer tenerlo, un embajador de la raza y un compañero seguro y fiable en cualquier situación. La clave reside en la paciencia, la coherencia y el uso de métodos positivos.

A pesar de su tamaño y constitución muscular, el Bullmastiff no es una raza que requiera niveles extremos de ejercicio. Sus necesidades son moderadas, adaptadas a su naturaleza de guardián que, históricamente, pasaba largas horas observando y esperando. Sin embargo, un ejercicio regular y adecuado es crucial para mantener su salud física, prevenir el sobrepeso y canalizar su energía de manera positiva.

Ejercicio Diario Moderado: Un adulto necesita al menos 30 a 60 minutos de ejercicio diario. Esto puede dividirse en dos o más sesiones. Las actividades ideales incluyen:

  • Paseos con Correa: Dos o tres paseos al día, a un ritmo constante, son fundamentales. Estos paseos no solo cumplen con la necesidad de ejercicio físico, sino que también proporcionan estimulación mental al permitirle explorar olores y vistas nuevas. Es vital que aprenda a caminar “junto” sin tirar, ya que su fuerza es considerable.
  • Juego Controlado: Sesiones de juego en el jardín con juguetes interactivos, pelotas o una cuerda para tirar (siempre con control para evitar comportamientos dominantes) pueden ser beneficiosas. Sin embargo, deben ser actividades de intensidad moderada, evitando saltos excesivos o movimientos bruscos que puedan dañar sus articulaciones, especialmente durante su etapa de crecimiento.
  • Juego en Parques Caninos (con precaución): Si está bien socializado, una visita a un parque canino puede ser una buena opción para quemar energía e interactuar con otros perros. No obstante, dada su naturaleza protectora y su fuerza, se debe supervisar de cerca para asegurar que las interacciones sean positivas y evitar conflictos con perros más pequeños o asustadizos.

Consideraciones por la Edad y el Clima:

  • Cachorros y Jóvenes: Durante la fase de crecimiento (hasta los 18-24 meses), sus huesos y articulaciones son vulnerables. El ejercicio debe ser controlado y de bajo impacto para evitar lesiones. Se deben evitar las carreras intensas, los saltos repetitivos y el exceso de actividad en superficies duras. Varios paseos cortos y sesiones de juego ligero son preferibles a una única sesión extenuante.
  • Clima Cálido: Debido a su hocico corto (aunque no tan chato como otras razas braquicéfalas) y su pelaje denso, es susceptible al golpe de calor. En climas cálidos, el ejercicio debe realizarse en las horas más frescas del día (temprano por la mañana o al atardecer) y siempre debe tener acceso a abundante agua fresca. Es fundamental observar cualquier signo de sobrecalentamiento.
  • Clima Frío: Su pelaje corto ofrece poca protección contra el frío extremo. En invierno, los paseos deben ser más cortos o se le debe proporcionar un abrigo si las temperaturas son muy bajas.

Estimulación Mental: Además del ejercicio físico, la estimulación mental es crucial para esta raza. Los juegos de olfato, los juguetes interactivos que dispensan golosinas y las sesiones cortas de adiestramiento no solo lo mantienen entretenido, sino que también previenen el aburrimiento y comportamientos destructivos. Un Bullmastiff aburrido puede recurrir a masticar objetos, excavar o ladrar excesivamente.

Importancia del Peso Saludable: Mantener un peso saludable es vital para la salud articular de este animal, especialmente sus caderas y codos. El ejercicio regular, combinado con una dieta equilibrada, ayuda a prevenir la obesidad, que puede agravar o acelerar la aparición de problemas ortopédicos.

En resumen, el ejercicio para el Bullmastiff debe ser un componente regular de su rutina diaria, pero siempre adaptado a su edad, estado de salud y las condiciones climáticas. Un programa de ejercicio equilibrado asegura que este potente can se mantenga feliz, saludable y un compañero bien portado.

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A male Bullmastiff. Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported license.

Como muchas razas grandes y gigantes, el Bullmastiff es propenso a ciertas condiciones de salud. Conocer estas predisposiciones y trabajar de cerca con un veterinario son pasos cruciales para asegurar una vida larga y saludable para tu compañero. La esperanza de vida promedio de esta raza suele ser de 8 a 10 años, aunque algunos pueden vivir más con los cuidados adecuados.

Displasia de Cadera y Codo: Estas son condiciones ortopédicas comunes en razas grandes. La displasia de cadera ocurre cuando la cabeza del fémur no encaja correctamente en la cavidad de la cadera, y la displasia de codo es una malformación similar en la articulación del codo. Ambas pueden causar dolor, cojera y artritis.

  • Prevención: Seleccionar un cachorro de criadores responsables que realicen pruebas de detección en los padres (certificaciones OFA o PennHIP) es la primera línea de defensa. Mantener un peso saludable, evitar el ejercicio excesivo en cachorros y proporcionar una dieta adecuada para razas grandes puede ayudar.
  • Tratamiento: Se maneja con medicamentos antiinflamatorios, fisioterapia y, en casos graves, cirugía.

Torsión Gástrica (Bloat o Dilatación-Vólvulo Gástrico – GDV): Una emergencia médica potencialmente mortal donde el estómago se llena de gas y se tuerce sobre sí mismo, cortando el flujo sanguíneo. Es común en razas de pecho profundo.

  • Síntomas: Abdomen hinchado y duro, arcadas improductivas, inquietud, salivación excesiva, debilidad.
  • Prevención: Evitar una sola comida grande al día (dividir en 2-3 comidas pequeñas), no permitir el ejercicio vigoroso antes o después de comer, elevar los tazones de comida para algunos perros (consultar con el veterinario, ya que esto ha sido debatido), y considerar una gastropaxia profiláctica (cirugía para fijar el estómago) si el veterinario lo recomienda, especialmente si hay antecedentes familiares.
  • Actuación: Si se sospecha, acudir inmediatamente al veterinario; el tiempo es crítico.

Cáncer: Los Bullmastiffs, como muchos perros de edad avanzada, tienen una predisposición a ciertos tipos de cáncer, incluyendo linfoma, osteosarcoma (cáncer de huesos) y mastocitoma.

  • Prevención/Detección Temprana: Observar cualquier bulto inusual, cambios en el apetito, letargo o cojera persistente. Los chequeos veterinarios regulares son esenciales para la detección precoz.

Problemas Oculares: Pueden ser propensos a ectropión (párpado se pliega hacia afuera) y entropión (párpado se pliega hacia adentro), que pueden causar irritación y daño ocular. La atrofia progresiva de retina también puede ocurrir.

  • Tratamiento: A menudo requiere cirugía para corregir los párpados. Exámenes oculares regulares por un oftalmólogo veterinario son recomendables.

Enfermedades Cardíacas: Pueden desarrollar cardiomiopatía dilatada, una enfermedad del músculo cardíaco que afecta su capacidad para bombear sangre.

  • Detección: Los veterinarios suelen escuchar los soplos cardíacos durante los chequeos regulares. Un ecocardiograma puede diagnosticar la condición.
  • Tratamiento: Medicación puede ayudar a controlar la progresión de la enfermedad.

Hipotiriodismo: Una condición donde la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, lo que puede llevar a aumento de peso, letargo, pérdida de pelo y problemas cutáneos.

  • Diagnóstico: Análisis de sangre.
  • Tratamiento: Medicación diaria de por vida.

Cuidado Dental: La acumulación de sarro puede llevar a enfermedades periodontales. El cepillado dental regular y los chequeos veterinarios que incluyan limpiezas dentales profesionales son importantes.

Nutrición: Una dieta de alta calidad, formulada para razas grandes o gigantes y etapas de vida específicas (cachorro, adulto, senior), es crucial. Consultar con el veterinario o un nutricionista canino puede asegurar que reciba los nutrientes adecuados sin sobrealimentación.

Visitas Veterinarias Regulares: Los chequeos anuales (o semestrales para perros mayores) son esenciales para la vacunación, desparasitación, revisiones generales y detección temprana de cualquier problema de salud.

Al ser proactivo con el cuidado de la salud de tu Bullmastiff, podrás proporcionarle una vida plena y cómoda, minimizando el impacto de estas condiciones genéticas y ambientales. La observación constante de su comportamiento y estado físico es la mejor herramienta para detectar cualquier anomalía a tiempo.

A pesar de su tamaño imponente, el Bullmastiff es sorprendentemente de bajo mantenimiento en lo que respecta a sus necesidades de aseo. Su pelaje corto y denso no requiere un cuidado exhaustivo, lo que lo convierte en una opción atractiva para aquellos que prefieren no dedicar horas al cepillado.

Cepillado: Su pelaje corto se mantiene en óptimas condiciones con un cepillado semanal utilizando un guante de goma o un cepillo de cerdas suaves. Este cepillado ayuda a eliminar el pelo suelto, la suciedad y la caspa, estimulando la circulación sanguínea y distribuyendo los aceites naturales de la piel para mantener el pelaje brillante y sano. Aunque es de pelo corto, este animal sí muda pelo, especialmente durante los cambios estacionales, por lo que el cepillado puede necesitar ser más frecuente en esas épocas para controlar la caída.

Baño: Solo se le debe bañar cuando sea necesario, típicamente cada pocas semanas o cuando esté visiblemente sucio. El baño excesivo puede despojar a su piel de sus aceites naturales, lo que puede causar sequedad e irritación. Utiliza un champú suave específico para perros, y asegúrate de enjuagarlo completamente para evitar residuos que puedan irritar la piel. Dada su envergadura, el baño puede ser un desafío, y algunos propietarios optan por llevarlo a una peluquería canina profesional.

Cuidado de las Uñas: Las uñas de este perro crecen rápidamente y deben cortarse regularmente, idealmente cada 2-4 semanas, o cuando se escuchen “clic” contra el suelo al caminar. Las uñas demasiado largas no solo son incómodas para el can, sino que también pueden causar problemas estructurales en las patas y los dedos, e incluso provocar dolor e infecciones. Si no estás seguro de cómo hacerlo, pide a tu veterinario o peluquero que te enseñe la técnica correcta para evitar cortar demasiado y causar dolor.

Limpieza de Orejas: Las orejas, de forma triangular y caída, pueden ser propensas a la acumulación de cera y humedad, lo que puede llevar a infecciones. Se deben revisar semanalmente y limpiar suavemente con un limpiador de oídos veterinario y una bola de algodón. Nunca utilices hisopos de algodón dentro del canal auditivo, ya que pueden empujar la suciedad más adentro. Si notas enrojecimiento, mal olor o secreción, consulta a tu veterinario.

Cuidado Dental: La higiene dental es tan importante para los perros como para los humanos. Cepilla sus dientes varias veces a la semana con una pasta dental para perros y un cepillo de dientes específico. Esto ayuda a prevenir la acumulación de sarro, la enfermedad periodontal y el mal aliento. También existen juguetes masticables y golosinas dentales que pueden ayudar a mantener la salud bucal, pero no reemplazan el cepillado regular. Los chequeos veterinarios anuales deben incluir una revisión dental profesional.

Limpieza de Pliegues Faciales (si los tiene): Aunque no tienen tantos pliegues como otras razas de hocico corto, algunos ejemplares pueden tenerlos. Estos pliegues deben limpiarse regularmente con un paño húmedo y secarse bien para prevenir la acumulación de humedad y bacterias que pueden llevar a infecciones cutáneas.

En general, el aseo de esta raza es bastante sencillo y puede integrarse fácilmente en la rutina semanal. La clave es la regularidad para mantener a este magnífico can limpio, cómodo y saludable. Además, estas sesiones de aseo proporcionan una excelente oportunidad para revisar su piel en busca de bultos, cortes, parásitos o cualquier anomalía que requiera atención veterinaria.

La vida de un Bullmastiff está intrínsecamente ligada a la de su familia. Es un perro que prospera con la interacción humana y no es adecuado para vivir aislado en el exterior o sin una compañía adecuada. Su tamaño y sus necesidades específicas dictan ciertas consideraciones para su entorno y convivencia.

Vida en el Interior: A pesar de su gran tamaño, este perro es un excelente compañero de interior. De hecho, prefiere y necesita estar dentro de casa con su “manada”. Su temperamento tranquilo y su tendencia a la calma una vez que ha pasado la fase de cachorro lo hacen un buen compañero para la vida doméstica. No es un perro que vaya a correr y saltar por toda la casa constantemente; en cambio, es probable que se acurruque a tus pies o en un lugar cómodo cercano. Sin embargo, su tamaño significa que necesita espacio para moverse y acostarse cómodamente sin sentirse constreñido.

Espacio Requerido: Idealmente, un hogar con un jardín vallado es lo mejor. Un jardín le proporciona un espacio seguro para hacer sus necesidades, tomar el sol o jugar suavemente. La valla debe ser alta y segura, ya que su fuerza le permite abrir puertas o trepar vallas bajas si se lo propone. Si vive en un apartamento, es crucial que reciba paseos diarios adecuados y tiempo para estirar las patas, pero no es la situación ideal para su desarrollo pleno. Un espacio amplio dentro del apartamento es, de todas formas, necesario.

Clima: Debido a su pelaje corto y su predisposición al sobrecalentamiento, no es un perro adecuado para vivir en climas extremadamente cálidos sin acceso a aire acondicionado o áreas frescas. Tampoco maneja bien el frío extremo. Su hogar debe ser un lugar con temperatura controlada donde pueda resguardarse de las inclemencias del tiempo.

Convivencia con Niños: Generalmente, este can es conocido por ser paciente y tolerante con los niños de su propia familia. Sin embargo, debido a su tamaño y peso, incluso un juego inocente puede derribar a un niño pequeño. Por lo tanto, todas las interacciones deben ser supervisadas, y a los niños se les debe enseñar a respetar al perro y a interactuar con él de manera segura. No es un juguete; es un ser vivo que requiere respeto. No es aconsejable dejar a niños muy pequeños solos con un perro de cualquier raza, y menos con uno tan grande y poderoso.

Convivencia con Otras Mascotas: Con una socialización temprana y adecuada, muchos ejemplares pueden convivir armoniosamente con otros perros y gatos, especialmente si crecen juntos. Sin embargo, su instinto de guarda y su fuerza pueden hacer que las introducciones con animales extraños deban manejarse con precaución. Siempre es mejor presentarlos en un entorno neutral y bajo supervisión. Algunos pueden mostrar una tendencia dominante hacia perros del mismo sexo.

Masticación y Destrucción: Como cualquier perro, especialmente los cachorros y adolescentes, pueden ser propensos a masticar. Proporcionarles juguetes masticables apropiados y duraderos es crucial para redirigir este comportamiento. El aburrimiento y la falta de ejercicio mental pueden llevar a la masticación destructiva, por lo que una rutina estructurada ayuda a prevenir esto.

Babeo: Es importante tener en cuenta que, debido a la forma de sus labios, el Bullmastiff puede babear, especialmente después de beber agua, comer o cuando están emocionados. Los propietarios deben estar preparados para esto y tener toallas a mano.

En resumen, el Bullmastiff es un perro familiar que anhela la compañía humana. Requiere un hogar donde pueda ser parte integral de la vida diaria, con espacio suficiente y un ambiente controlado. Su gran corazón y su naturaleza protectora lo convierten en un miembro valioso de la familia, pero su tamaño y sus necesidades implican un compromiso serio por parte del propietario.

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Bullmastiff-Rüde, ein Jahr alter Junghund. Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Germany license.

Adquirir un Bullmastiff es una decisión importante que conlleva responsabilidades significativas. Antes de dar el paso, es crucial considerar si esta raza se alinea con tu estilo de vida, tus expectativas y tu capacidad para satisfacer sus necesidades específicas.

Pros de Tener un Bullmastiff:

  • Compañero Leal y Cariñoso: Son perros devotos a su familia, buscando la cercanía y el afecto.
  • Guardia Natural: Su presencia disuasoria y su instinto protector lo convierten en un excelente guardián del hogar. Son alertas pero no excesivamente ladradores.
  • Temperamento Calmo: Una vez pasada la etapa de cachorro, son perros tranquilos y relajados en casa.
  • Bajo Mantenimiento de Aseo: Su pelaje corto es fácil de cuidar.
  • Bueno con Niños (con supervisión): Con la socialización y el entrenamiento adecuados, pueden ser compañeros pacientes y protectores para los niños de la familia.
  • Inteligente y Entrenable: Responden bien al refuerzo positivo y a un líder consistente.

Contras y Consideraciones Importantes:

  • Gran Tamaño y Fuerza: Requiere un propietario que pueda manejar físicamente un perro grande y fuerte, especialmente durante los paseos con correa.
  • Necesidad de Socialización Temprana y Continua: Es absolutamente crucial para evitar comportamientos miedosos o agresivos hacia extraños u otros perros.
  • Potencial de Testarudez: Aunque inteligentes, pueden ser obstinados y necesitan un entrenamiento consistente y paciente.
  • Costo: Mantener un perro de este tamaño implica mayores costos en alimentación, medicamentos (especialmente para problemas articulares), seguro y cuidado veterinario.
  • Problemas de Salud Potenciales: Son propensos a displasia de cadera/codo, torsión gástrica y ciertos tipos de cáncer. Los propietarios deben estar preparados para posibles gastos médicos.
  • Babeo: Son conocidos por babear, lo que puede ser un inconveniente para algunas personas.
  • No apto para Propietarios Primerizos Inexpertos: Su tamaño, fuerza e instintos protectores requieren un propietario con experiencia en perros grandes o, al menos, con la voluntad y el tiempo para educarse y comprometerse con el entrenamiento.
  • No es un Perro para Vivir Solo en el Exterior: Necesitan ser parte de la vida familiar y no deben ser dejados aislados.
  1. “El Bullmastiff” (Colección Club del Perro): Esta colección suele tener volúmenes dedicados a razas específicas. Si bien puede ser una edición más antigua, a menudo ofrecen una visión completa sobre la historia, estándar, temperamento y cuidados generales de la raza. Busca ediciones o reimpresiones.
    • Sugerencia de búsqueda: “El Bullmastiff Club del Perro” o “Libro Bullmastiff español”.
  2. “Perros de Guarda y Defensa” o “Razas Molosoides” (Libros Generales): Muchos libros que cubren razas de trabajo, de guarda o molosoides suelen incluir capítulos detallados sobre el Bullmastiff. Estos libros a menudo abordan aspectos de entrenamiento, temperamento y salud comunes a este tipo de perros.
    • Sugerencia de búsqueda: “Libros razas molosoides”, “Perros de guarda y protección”, “Grandes razas caninas”.
  3. Enciclopedias Caninas Completas: Obras como “La Enciclopedia del Perro” de Larousse o publicaciones similares de editoriales especializadas en mascotas a menudo tienen secciones extensas y bien investigadas sobre la raza. Estas enciclopedias suelen estar actualizadas y ofrecen una buena visión general.
    • Sugerencia de búsqueda: “Enciclopedia perros raza Bullmastiff”, “Guía completa de razas de perros”.
  4. Recursos en Línea de Criadores y Clubes de Raza: Si bien no son libros físicos, muchos clubes de raza Bullmastiff en países de habla hispana (España, México, Argentina, etc.) ofrecen guías y artículos detallados en sus sitios web. A menudo, estos sitios también recomiendan literatura específica.
    • Sugerencia de búsqueda: “Club español Bullmastiff”, “Asociación Bullmastiff [país]”.

Consejos para la Búsqueda:

  • Librerías Especializadas: Visita librerías con secciones de mascotas o zoológicos.
  • Plataformas en Línea: Amazon, La Casa del Libro, o librerías online similares suelen tener un catálogo más amplio y la opción de buscar por título o ISBN.
  • Bibliotecas: Las bibliotecas públicas o universitarias pueden tener colecciones de libros sobre cinología o veterinaria que incluyan material sobre razas específicas.

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